En los últimos cinco años, el ritmo del crecimiento económico mundial se ha desacelerado significativamente, en estrecha relación con un proceso más prolongado de deterioro de la democracia y el medio ambiente. El COVID-19 vino a precipitar el proceso de recesión y el deterioro democrático y ecológico que ya estaba en marcha. Durante poco tiempo, se acordará la ayuda para las poblaciones de bajos ingresos, pero la mayoría de los países no concedió una renta básica universal, a pesar del apoyo de muchos economistas, intelectuales e incluso del FMI, el Banco Mundial y la ONU. Los gobiernos, por tanto, se han limitado a estos gastos en política monetaria, en inyecciones de divisas y en gasto público, pues entienden que son suficientes para reanudar el crecimiento económico.
Como veremos esto no es si tan evidente. La hipótesis es que el régimen de acumulación financiera capitalista, sostenido por el régimen político en las manos de los más ricos, está provocando esta disminución y deterioración de la democracia y del medio ambiente. Este régimen de acumulación financiera capitalista con sus altas tasas de costos financieros de la concentración de los ingresos, ha disminuido el crecimiento de los componentes de la demanda agregada (inversión, consumo, gastos del gobierno y del saldo de la balanza comercial) en relación al crecimiento de los ingresos nacionales brutos que está disminuyendo su ritmo de crecimiento económico. Las nuevas inversiones hasta puede impulsar a los empresarios a decidir con base en el cálculo por el mayor retorno en relación a las tasas de interés de mercado, pero su crecimiento en relación a los ingresos nacionales brutos ha disminuido si ritmo de crecimiento económico debido a los altos costos financieros generados por la concentración de los ingresos del régimen de acumulación financiera capitalista. El consumo, por su parte, debito a los altos costos ha disminuido su ritmo de crecimiento pues la propensión al consumo de los altos ingresos, pues la propensión al consumo (parte de la renta gasta en consumo) de los altos ingresos es históricamente más baja de los que de los bajos ingresos que vieran bajar su consumo debido a la tendencia de baja de sus ingresos lo que impacta negativamente en el crecimiento del consumo y, por lo tanto, en el crecimiento económico. Este régimen de acumulación financiera capitalista también ha disminuido el poder de regulación de la política fiscal. Al concentrar los ingresos y no aumentar la carga fiscal a los altos ingresos ha afirmado una tendencia de baja de los ingresos fiscales en proporción al PIB y frenando, por lo tanto, el crecimiento de las inversiones públicas y los gastos públicos que han contribuido incluso más para profundizar las desigualdades de los ingresos y la pobreza.
Esta deterioración económica ha tenido efectos negativos en los regímenes políticos, sobre todo en la democracia llevando a conflictos entre los pobres y los ricos que azota al mundo y sus respectivos países. En última instancia esto se debe, por lo tanto, al régimen político al sustentar el régimen de acumulación financiera capitalista que concentra los ingresos la responsabilidad de la baja de ritmo de crecimiento económico por causa de los altos costos financieros que han disminuido la contribución de los componentes de la demanda agregada para el crecimiento económico aumentando las desigualdades de los ingresos, la pobreza, el endeudamiento y el deterioro del medio ambiente.
La hipótesis que hicimos, ha sugerido la necesidad de actualizar la teoría de la dinámica de la demanda agregada de KEYNES. Como vimos después del desmantelamiento, empezando de los años de 1970, del sistema de Bretton Woods ha llevado a los países capitalistas à una política de desreglamentación financiera desde los años de 1980, con la liberalización del mercado financiero mundial, y, por lo tanto, ha empezado a afirmarse la regulación de la demanda agregada por el régimen de acumulación financiera capitalista por su concentración de los ingresos resultado en altas tasas de costo financiero de la concentración de los ingresos. Al asociar el régimen de acumulación financiera a la macroeconomía keynesiana nos ha permitido un nuevo enfoque con un sistema de cálculo relacionando el crecimiento de los Ingresos Nacionales Brutos Globales (INBG) y de los componentes de la demanda agregada (Inversiones totales, privadas y públicas, el consumo, los gastos públicos y la balanza comercial) con el crecimiento de los Ingresos Financieros Nacionales Brutos (IFNB) obteniendo, de este modo, las tendencias que han demostrado que la concentración de los ingresos por el régimen de acumulación financiera capitalista ha generado altas tasas de costos financieros de la concentración de los ingresos que han llevado a la regulación keynesiana a perder su poder sobre la demanda agregada en el sentido que está trabando el crecimiento de los componentes de la demanda agregada y, consecuentemente ha disminuido el ritmo de crecimiento económico mundial. Diferente de los años de 1930 a la mitad de los años de 1970 en que las inversiones dependían de costo financiero dado por las tasas de interés de mercado, ahora son los altos costos financieros generados por la concentración de los ingresos por el régimen de acumulación financiera capitalista que están intervenido en la determinación de todos los componentes de la demanda agregada que, por su parte, determinan el crecimiento económico en más bajo ritmo de crecimiento.
La pregunta es si se realizara una política de redistribución más equitativa de los ingresos se reanudaría en crecimiento económico. Para esto simulamos una transferencia de ingresos del régimen de acumulación financiera capitalista que se podría destinar para las poblaciones más pobres, para el desarrollo sostenible y al desarrollo de una tecnología en beneficio de la población más pobre, estaríamos contribuyendo a reducir la desigualdad de ingresos y la solución del grado de contaminación del medio ambiente que se ha degradado con el crecimiento con energía de origen fósil como también estaríamos contribuyendo para solucionar las demandas de los movimientos sociales que han protestado contra las desigualdades y, por lo tanto, reduciríamos el conflicto entre los ricos y los pobres contribuyendo también de este modo a una mejor satisfacción con la democracia. Para ello, parece necesario que los gobiernos adopten, por un lado, una política tributaria que incremente la carga tributaria para las poblaciones de mayores ingresos, gravando principalmente las operaciones y transacciones financieras y de las empresas de alta tecnología. Por otro lado, adoptando una política de gasto público, distribuyendo los ingresos a las poblaciones más pobres para mejoraren su nivel de vida e invertir en una educación de calidad y, por tanto, reactivando el crecimiento de la demanda agregada y contribuyendo a reducir las desigualdades de ingresos. Al mismo tiempo, sería necesaria una política ecológica dirigida al desarrollo sostenible impulsada por las organizaciones de las Naciones Unidas (ONU). De manera complementar, pero no menos importante, sería necesario promover un régimen político con una mayor participación de la población más pobre en las decisiones de políticas económicas, sociales, ecológicas y de educación de calidad. También sería necesario desarrollar mucho más las cooperativas de ahorro y crédito y de bancos cooperativos para competir y disminuir el poder del régimen de acumulación financiera capitalista.
Buscando mostrar los beneficios de una política de redistribución más equitativa de los ingresos elaboramos un enfoque macroeconómico del desarrollo de bancos cooperativos y de cooperativas de ahorro y crédito asociando el régimen de acumulación financiera a la dinámica de la demanda agregada de KEYNES ajustada a la realidad del siglo XXI. Este enfoque ha permitido estimar la redistribución de los ingresos y el crecimiento económico que se obtendría con un régimen de acumulación financiera de los bancos cooperativos y de las cooperativas de ahorro y crédito como alternativa al régimen de acumulación financiera capitalista.
Delante de la posible recesión de la economía mundial con claros señales de disminución del ritmo de crecimiento económico, hemos simulado el potencial de redistribución de ingresos que se obtendría el régimen de acumulación financiera de las cooperativas de ahorro y crédito y de los bancos cooperativos. El régimen de acumulación financiera de los bancos cooperativos y de las cooperativas de ahorro y crédito, como alternativa al régimen de acumulación financiera capitalista, podría llevar à una redistribución más equitativa de los ingresos en torno de 11,538% de los Ingresos Nacionales Brutos (INB) mundiales lo que impulsaría más la demanda agregada y el crecimiento económico mundial pasando de 3,104 a 3,594. Esta redistribución de los ingresos impulsaría en crecimiento económico con un promedio anual de 0,49% lo que alcanzaría una adición de 11,27% en el crecimiento del PIB mundial de 1997 a 2020.
Número de páginas | 1 |
Edición | 1 (2021) |
Idioma | Español |
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