ES LA PRIMAVERA...

Los años pasan, algunos amigos cambian, las arrugas se profundizan, las pasiones se acaban, solo el amor nunca muere. Este es el amor que tú siempre me enseñaste a tener por la vida, por el trabajo y por la familia. Puedo decir que los sueños se realizan, pues veo en ti la prueba real de ello. Hombre trabajador, honesto, guerrero. Nada nos viene de manos besadas, decías. Tenemos que luchar y todo será posible. Entre tantas cosas que desde niño soñabas, lo que más te gustaba y hacías eran las poesías; escribías libros, pintabas cuadros y la música siempre fue una parte de ti. En nuestra casa incluso en los baños había cajas de sonido. Fuiste también artesano y confeccionaste mi primer lecho, una cunita toda blanquita que guardo con amor y mucho cariño hasta los días de hoy. Te agradezco por ser mi padre, por los hermanos, por los sermones que, a mi ver, podrían haber sido un poco menos, pero que siempre me fueron válidos. Hoy, una vez más, vengo a agradecerte por haberme concedido este espacio en tu nuevo libro. Éxito ya lo tienes, pues el éxito significa alcanzar, tocar con palabras el alma y el corazón de alguien, y esto tú lo logras de manera natural, con el don que Dios te concedió. ¡Felicidades!