"Y abajo, en lo que fue la planta inferior de la biblioteca, había libros. Cientos. Miles. Libros raros, que no se leen cuando dices que se lean. Ni siquiera se abren cuando dices que se abran. Los tienes que abrir tú, con las manos (y Dana levantaba sus manos para que Eli tuviera claro a qué se refería) Y no puedes marcar la parte de la historia por la que vas.
— Bueno… sí puedes. Al final descubrí que, si doblas una esquina de la hoja, puedes cerrar el libro para ir a beber agua, y luego te sirve para saber dónde estabas. Peeeero –alargó de nuevo Dana la palabra— luego leí en una revista, que es cómo un libro, pero con menos categoría, que los que doblan las esquinas de las páginas de los libros son unos brutos y merecen que les corten los dedos y les arranquen los ojos. Y dejé de hacerlo. Descubrí en la biblioteca unos papeles, alargados, que al parecer son para marcar las páginas. Se llaman marca páginas, por cierto.
— Los dedos y los ojos… —Eli no salía de su asombro
— Bueno, en esos libros una no sabe nunca lo que es real, lo que no, lo que va en serio, lo que se dice por exagerar, o por quitar importancia."
Dana es una niña. Eli es un robot. Dana quiere que Eli la lleve a la Torre, porque conoce muchas Torres por haberlo leído en los libros.
Y buscarán la Torre, e irán al cine, y desayunarán montañas de donuts...
Número de páginas | 400 |
Edición | 1 (2025) |
Idioma | Español |
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